En días como hoy, que de tanto trabajar se le cae a uno hasta el pellejo y te sientes forrado de mundo, en exceso, se desea un momento de soledad, de paz, un momento en el que pueda uno reconocerse a sí mismo y se deje de pensar en la mierda de dinero y en las deudas y en los problemas cotidianos.
En días como hoy se daría cualquier cosa por el olvido, por quedarte dormido, en paz, con el alma aliviada . Pero en días como hoy, está uno tan cansado que ni para eso te alcanzan las fuerzas.
En días como hoy, en los que el mundo , con su sempiterno ruido humano, te invade los rincones del ser , se vuelve uno a mirar adentro para volver a descubrir por qué vivimos, quienes somos, que cantidad de espacio ocupamos y qué coño hacemos en este planeta.
En días como hoy, que hubo que llamar a compañías de servicio para disminuir los gastos, luché contra el espíritu que me quiere deprimir y no lo logra.
En días como hoy, en los que me he sentido perdida, de tanto dar, se ha de buscar el epílogo, la conclusión, el final del dia, la frase, el pensamiento que cierre esta experiencia de vivir un día más.
En días como hoy, ya al filo de la medianoche, me rebelo y me declaro libre de mundo, libre de invasiones, me declaro propia, mía, de mi propiedad y entregada por completo al amor que quiero dar, al amor que siempre quise dar, al amor.
En días como hoy, aunque el mundo se empeñe en invadirme, permanezco en pie, incólume, firme.
Entregada a la misma tarea de ser feliz, como siempre y hasta mi muerte, en días como hoy.