3 en 1 parte 2.

Me leí La Reina de los Condenados, de Anne Rice, la tercera parte de la trilogía formada por Confesiones de un Vampiro, Lestat, el Vampiro y ésta. El libro engancha desde el principio e incorpora personajes más interesantes que Lestat : Los Viejos, antiquísimos vampiros que existen desde los tiempos remotos, el libro padece de demasiada extensión en la descripción de algunas leyendas que incorpora a la historia y está contada por los diferentes personajes que participan en la trama… lo dicho, está bueno, se disfruta, pero se hace interminable en la descripción de la leyenda de las gemelas y en los capítulos en que La Reina le explica a Lestat su futura visión del mundo..

Después me leí de J.R.R. Tolkien Los Hijos de Húrin o Narn I Chin Húrin, ilustrado por Alan Lee y editado por el hijo: Christopher Tolkien. El libro consta de un Prefacio, una Introducción, Notas sobre la Pronunciación, el libro como tal, que narra sobre todo la vida de Túrin, hijo de Húrin y un bruto desagradecido si los hay, un árbol genealógico, y como Apéndices: La evolución de las grandes historias, La composición del texto, una Lista de nombres, un Mapa y Notas sobre el Mapa……….

Por cierto , las ilustraciones sí, están preciosas.

Y por último me leí Coraline, de Neil Gaiman, en inglés, que vino muy a tiempo a salvarme la vida que tenía aún sumergida en el Valle de Taur-Nu-Fuin de el libro anterior .. tiene todos los ingredientes necesarios para rescatar la firme creencia de que el Bien vence sobre el Mal y de que puede siempre añadirse una nueva manera de contar la misma batalla de siempre y entretenerte hasta el final…

3 en 1 u horas entretenidas 2.

Me leí «La Carretera» , de cuyo autor no me acuerdo, novela de lo más deprimente, que transcurre y acaba en el mismo escenario, un mundo trás la completa destrucción de la civilización en el que algunos sobrevivientes viajan tratando de reunirse con «los buenos» mientras huyen, evitan y matan a los malos, es la historia de esa peregrinación, a veces hambrienta, por falta de comida, de un padre con su hijo.Aunque pudiera parecer un tema interesante y digno de leerse, les aseguro que no lo es.

También me leí de Stephen King «La Casa Negra» que tiene algunos buenos momentos aunque en general se hace interminable y «Cell» de celular, que es una historia parecida a la de La Carretera pero esta vez el mundo dividido entre los normales y los telefónicos, que eran aquellos que usaban celulares continuamente y a través del cual les fué transmitido un programa que los convierte en zombies idiotas y asesinos de mente vacía.

He dicho.

 

Me desordeno, amor, me desordeno.

Para alegrar el ambiente, acá les traigo una poesía que es un clásico en Cuba y cuyo título se usa en el lenguaje cotidiano, de tanto que llegó a calar en nuestro día a día, a la autora la conocí una vez que visité su casa, allá en el siglo pasado, en su Matanzas natal , sus poemas se han publicado en Cuba muchas veces y éste en particular es una maravilla de la poesía erótica que te deja con la sonrisa en los labios:

Me desordeno, amor, me desordeno

cuando voy en tu boca, demorada,

y casi sin por qué, casi sin nada,

te toco con la punta de mi seno.

 

Te toco con la punta de mi seno

y con mi soledad desamparada,

y acaso sin estar enamorada,

me desordeno, amor, me desordeno.

 

Y mi suerte de fruta respetada

arde en tu mano lúbrica y turbada

como una mal promesa de veneno,

 

Y aunque quiero besarte arrodillada,

cuando voy en tu boca, demorada,

me desordeno, amor, me desordeno.

En éste enlace pueden leer más poesías de Carilda.

Que las disfruten.

Marley and Me

Terminé de leer Marley y Yo, la historia de una pareja que adopta a un perro completamente loco pero leal a toda prueba llamado Marley. El libro tiene muchos momentos jocosos cuando va narrando las nuevas aventuras y destrozos de Marley en el hogar que van creando a medida que la pareja va teniendo hijos. Es una historia real, el autor John Grogan existe y es periodista de un importante periódico. El libro tuvo tanto éxito que se hizo una película con el mismo título. La película , al ser un medio visual alcanza grados de comedia divinos con las travesuras del perro, el trailer lo pueden ver en youtube:

http://www.youtube.com/watch?v=AoIJ6-5uYW4

Es un libro fácil de leer, entretenido y que te llega al corazón a menudo..

Cuando ví la película lloré tanto al final, y digó lloré a moco tendido, con hipidos y todo, que me tomó como 15 minutos recuperarme para poder salir del cine, con el libro también lloré, aunque silenciosamente, y es que tengo tantas penas por dentro relacionadas con los perros que he tenido y también hicieron especial mi vida…

Nunca fui Primera Dama.

nunca fui primera damaTerminé de leer «Nunca fuí Primera Dama», de Wendy Guerra. Dice la contraportada de la autora cubana:

Aúna autobiografía y ficción en una novela deslumbrante, emotiva, que rebosa libertad, ironía, sentido del humor y ternura.

El libro trata en esencia de como se entralazan  las vidas de tres mujeres de generaciones diferentes, una de ellas todo un símbolo de la Cuba revolucionaria: Celia Sanchez Manduley  , quién se hace cargo , en cierta forma ,de Albis Torres al principio de la Revolución, porque los padres de éste interesante personaje habían abandonado el país huyendo de Castro y sus reformas, mientras que ella y su hermana, imbuídas de ideas revolucionarias en plena adolescencia, prefirieron quedarse. Albis Torres entra entonces en cierta forma en la cúpula del poder en Cuba y conoce a los más altos miembros de la dirigencia, su talento para pintar y escribir hace que la dirijan a tener un programa de radio desde el que se hizo muy conocida y se casa al tiempo con el que sería un famosísimo director de cine en Cuba y tienen a Nadia Guerra. Pero Albis, cuando la niña era aún muy pequeñita, abandona el país y deja al padre a cargo de la crianza de la niña.

Nadia es el hilo conductor del libro, al comienzo es expulsada del programa de radio que conducía de madrugada, siguiendo la huellas de su madre y es  la que, viéndose libre,  en su afán de encontrarse a sí misma y de encontrar a su madre, desaparecida en el mundo, sin noticias de ella desde que la dejó, viaja a muchos lugares recopilando información sobre el pasado de su madre y va tratando de conocerla entrevistándose con personas que puedan decirle algo sobre ella o su paradero.

La narración salta entre algunos capítulos en los que ella habla como si estuviera en un programa de radio, otros que son cartas que le escriben, el ritmo es un poco extraño e inusual debido a éso, pero se lee rápidamente. Tiene momentos de humor muy buenos y otros en que la prosa se deja querer de ésta manera:

Palabra de esquimal.

Por tí dejaré la nieve y esquiaré en la arena, no escribiré grafitis sobre el hielo, tendré acento de occidente y ropas de verano, mis dientes no ablandarán otra piel que la tuya, mi olor se diluye en tu lavanda limpia; así como el esturión pierde el caviar perderé mi nombre, olvidaré el rito del iglú, la mujer y la presa, miraré el deshielo como agua de mi sexo, no regalaré al extraño lo que es tuyo al final de la noche, quedaré en tu cama toreando al fuego, borraré de mi boca el cebo y el pescado, dejaré en libertad los perros del trineo, intentaré olvidar el exilio del hielo, invernaremos juntos mientras duela el invierno.

Aunque no es una lectura común, y no siempre alcanza un ritmo atrayente, la calidad de la prosa maravilla y el sentido del humor relaja, es un libro triste, en esencia y pasan cosas sorprendentes al final, lo que no está nada mal para el lector.

 

 

 

Los finales.

Terminé de leer La Mosca de la Muerte (Blow Fly) de Patricia Cornwell. A mí siempre me gustaron las historias de forenses de la Dra. Scarpetta, pero éste libro en particular me dejó insatisfecha.

En primer lugar ya la Dra. no es la protagonista, es decir en éste libro todos son personajes secundarios y no hay ninguno principal, se entremezclan las historias de Scarpetta, su sobrina Julia, Marino, Benton y hasta el asesino de una manera un poco inconexa, sin un hilo o personaje conductor claro, no obstante va uno leyendo de lo más entretenido, olvidado del mundo, hasta que pasa una cosa horrible:

El libro se acaba en nueve páginas. Todo el desenlace de todas las historias se desarrolla en la misma locación , adonde todos llegaron a la misma vez, de puro milagro y allí, a toda velocidad, pasa de todo un poco, y zas, zas, se acabó la novela.

Me quedé tan asombrada que aún no me recupero.

Después me leí una novela maravillosa, al menos a mí me lo pareció: Por la vida de mi hermana, de Jodi Picoult. El libro se adentra en las vidas de varias personajes que tienen relación con el conflicto ético principal: ¿Puede una niña de 13 años tomar las decisiones médicas sobre su propio cuerpo que hasta ese momento se consideraban derecho indiscutible de sus padres?

El libro se va narrando con las voces de los diferentes personajes que intervienen en este conflicto, que se va aclarando cada vez más ante nuestros ojos. Tiene un ritmo envidiable, engancha muchísimo, al punto que llegó un momento en que me molestaba que me enviaran viajes para el taxi, si por mi fuera, me hubiera estado leyendo el día entero sin hacer nada más.

Y cuando nos vamos acercando al final, mejor se pone, porque estamos locos por saber en que desembocará todo.

Bueno, el libro tiene dos finales, uno muy bueno , en el que queda decidida la cuestión ética y moral y otro horrible, que me decepcionó muchísimo por encontrarlo completamente artificial y traído por los pelos.

Con lo que queda demostrado que de finales horribles está empedrado el camino del infierno lector.

Confieso que he leído.

Por fin.

Este es mi primer post sobre libros. Todo empezó por un comentario que dejé ya no recuerdo en cuál de nuestros blogs, explicando que por mi situación económica, en el momento actual no me podía permitir comprar libros y que debido a eso, no escribía entradas con ése tema.

Pues recibí el apoyo de muchas, pero hubo una persona que fué más allá y después de un par de emails que intercambiamos me envió, desde España, un libro. Y me envió un libro alegre, interesante, entretenido y hasta con intriga policial, que cumplió sobradamente con su objetivo y me motivó tanto a recuperar ese placer, para mí, indispensable , de la lectura, que después me inscribí en la biblioteca  más cercana y ya saqué dos libros más.

El libro que me envió se llama «Lo mejor que le puede pasar a un cruasán», de Pablo Tusset  , el protagonista es un hombre completamente inadaptado , borracho, que se droga cada vez que puede y que defiende su libertad de vivir como le dé la gana  a cualquier precio, consiguiendo fondos para vivir aquí y allá mientras ni siquiera trata de aparentar que trabaja en el negocio familiar, hasta el día en que su hermano desaparece súbitamente y él se ve enredado en su búsqueda.. Aquí un parrafito de muestra:

Me levanté con intención de acercarme a la cocina a beber. Al cabo de un segundo volví a caer de culo en el sofá víctima de una bajada de tensión. Y como desmayarse me parece de una ñoñez impresentable, aproveché el gesto para echar una siestecita vespertina en la sala y salvar así mi imagen caso de que alguien hubiera instalado cámaras secretas en mi salón.

También me leí «Cometas en el cielo» , de Khaled Hosseini, que ya han comentado varias veces y merece todos los elogios. Lo único lamentable es que me dejó entristecida, así que para resarcirme ahora estoy leyendo de Patricia Cornwell «La mosca de la muerte».

Cuando leí el título del primer libro recordé que cuando vivía en Barcelona, me iba casi todos los días a una churrería que había en la calle Princesa que regentaba un matrimonio.De él no recuerdo su nombre, pero Cachu, que nada más entrar me dedicaba una sonrisa , mientras me ponía un cruasán fresquito en la barra acompañado por un cortadito, hacía aquel lugar especial no sólo para mí si no para todos. Cuando leí el título pensé que lo mejor que le podía pasar a un cruasán era ser servido por las manos dulces y blancas de Cachu.

Y lo mejor que le podía pasar a una cubana taxista en Houston, que añoraba los libros como si de la familia se tratara, fué encontrar a laprimadeaudrey , quién, desde el otro lado del Atlántico, me devolvió la esperanzada mirada con que he abierto cada uno de los libros de mi vida.