Gallina Decrépita.

gallinaEl día que por primera vez se vió anunciado en la tablilla del Menú: Gallina Decrépita ,para comer, las reacciones del grupo de trabajadores de la brigada, que usábamos el «comedor obrero», fueron muy variadas, desde protestas airadas contra semejante plato, hasta carcajadas nerviosas de aquellos que, como yo, nos preguntábamos qué era, exactamente, una gallina decrépita?

¿Tendría el mal de Alzheimer? ¿De qué grado de ancianidad estábamos hablando?  ¿Sería una gallina cansada de la vida? ¿Una gallina deprimida y triste porque sabía  que terminaría en una bandeja metálica de un comedor obrero? ¿Una gallina de antes de nuestra era? ¿Una gallina momificada y sacada del museo para nuestro consumo?

Ante la duda, como dice el dicho, me abstuve y me salté el almuerzo para ir a buscar en el diccionario que significaba aquello.

He aquí una definición de decrépito:

decrépito, ta

  1. adj. y s. [Persona] de edad avanzada que tiene disminuidas las facultades físicas y psíquicas:
    fue dama de compañía de una anciana decrépita.
  2. Que está en franca decadencia:
    ideales decrépitos.

Y una definición de gallina:

gallina

  1. f. Hembra del gallo, de menor tamaño que este, con cresta pequeña, cola sin plumas largas y patas sin espolones:
    gallina ponedora.
  2. com. col. Persona cobarde y tímida:
    ese gallina no se enfrentará a su jefe.
  3. gallina de Guinea. gallineta, ave galliforme.

Entonces, qué era lo que me iba a comer? Una hembra del gallo, de menor tamaño que éste, en franca decadencia? O una persona cobarde y tímida de edad avanzada con facultades físicas y psíquicas disminuídas? O quizás una anciana disminuída con patas sin espolones?

Atormentada por las dudas y para decirlo todo, muerta de hambre, me pasé por el comedor más tarde con la esperanza de investigar más de cerca, vía boca-esófago-laringe-estómago , de qué se trataba el asunto.

Recibí una respuesta contundente: una gallina decrépita es aquella gallina que ya no puede poner huevos por su avanzada edad.

O sea, una gallina menopáusica.

Y ya está.

Eso fué lo que nos dieron de comer ,durante meses, en el comedor obrero y debo decir que tuvo gran aceptación , los muslos eran inmensos y aunque la carne era dura y sabía a zapato viejo, llenaba la barriga.

Desde aquí le envío un recuerdo agradecido a todas las gallinas decrépitas que nos alimentaron durante tanto tiempo, salvándonos del deshonor de comer pollitos sin experiencia de la vida ni menopausa rampante.