Esta noche, en Estados Unidos, ha ocurrido algo, que podría parecer trivial, pero no lo es.
En el programa de entretenimiento «American Idol», en el que se presentan miles y miles de concursantes cada año a cantar, se va depurando, en primer lugar, a través de un proceso de eliminación por los jueces del concurso, luego se pasa a un proceso de eliminación a través de los votos del público que tiene la opción de votar a través de sus teléfonos celulares.
Este año se presentó un ser humano llamado Adam Lambert, increíblemente talentoso, brillante, con una voz que puede entregarnos, sin límites , los más variados géneros musicales. Hacía muchos años que no aparecía un cantante con tanto talento vocal en ese programa. Vean el video que tengo en mis Videos Preferidos. Estoy hablando de una competencia en que se presentan miles y miles de concursantes cada año.
En años anteriores había mucha competencia porque los contendientes tenían talentos similares, aunque las voces fueran diferentes y los géneros variaran.
Este año llegaron a la final un dulce muchacho de un pequeño pueblo de Arkansas, llamado Kris Allen, que puede cantar medianamente bien y Adam Lambert, el de la voz increíble, el del talento sobrado, el artista.
Y Estados Unidos votó como nunca lo había hecho en 8 años que tiene este programa, se emitieron alrededor de 100 millones de votos vía celular.
Estados Unidos votó por Kris Allen, el dulce muchacho de Arkansas, el que sabe cantar medianamente bien.
El heterosexual.
Estados Unidos decidió que era preferible tener como ganador a un muchacho cualquiera de Arkansas que ni soñaba con ganar , al joven homosexual , que sabe estar tan bien, que sonrió abiertamente al recibir la noticia de que el ganador era el pobre muchacho, dulce muchacho de Arkansas, su no competidor.
La humanidad ha avanzado mucho, los negros , que hace 50 ó más años atrás no podían votar en este país, hace mucho que lo hacen, y éste año salió, por primera vez en la historia de éste país, un presidente negro.
Que dejó en el camino a una mujer de increíble talento, sumamente brillante, que también competía por la presidencia pero que padecía de un incurable mal: ser mujer.
Adam Lambert padece de otro incurable mal: ser homosexual.
Pobre, pobrecito de este mundo que nos discrimina por ser homosexuales.
Pobrecito de éste mundo que nos llama al orden cuando pretendemos ganar.
Pobrecito de éste mundo, que, como diría Benedetti, no es capaz de ver más allá de sus narices.
Pobrecita yo, que en un día cómo hoy olvido lo que de bueno tiene el mundo para darme y me invade el dolor de la injusticia .
Pobrecito Adam Lambert a quién no le bastó con su increíble voz y su talento para triunfar.
Pobrecito de este mundo, que me hace llorar por ser diferente.
Que me hace llorar.
Que me duele tanto. Coño.
Que me duele tanto.