Estuve recordando hoy que hace muchos años atrás leí en el periódico que un grupo de investigadores de Alemania habían hecho un estudio sobre el comportamiento de las heces fecales al caer en el agua de la taza del baño, y sacaban la conclusión que las cacas de los países desarrollados tienden a irse al fondo mientras que las de los subdesarrollados tienden a flotar, al parecer debido a la cantidad de proteínas o algo así. Ese estudio me tuvo, por semanas, mirando mi propia caca cada vez que iba al baño para ver si flotaba o no. Como esto ocurrió en Cuba, tuve un gran porcentaje de cacas flotadoras y uno muy bajo de cacas buzos, de las que se iban al fondo, con lo que quedó demostrado que yo y mis cacas, éramos completamente subdesarrollados.
Recordé de paso otro artículo, muy interesante, que reseñaba los resultados obtenidos por otro grupo de científicos, esta vez ingleses, que destacaba la noticia de que, despúes de múltiples experimentos, quedaba demostrado que al ratón no le hace daño el ajo.
Menos mal , porque esa preocupación por el efecto del ajo en los ratones me estaba matando.
Recientemente leí en internet que un laboratorio en Ohio, de la Fuerza Aérea, sopesó la posibilidad de fabricar una bomba gay para convertir a los enemigos en homosexuales y así minar la moral y la integridad de las tropas enemigas.
También me enteré de que dos investigadores estuvieron analizando los efectos secundarios de introducirse espadas por la garganta. Llegaron a la conclusión, inequívoca, de que podía producir irritación.
Considerando que hay verdaderos científicos dedicados a temas tan importantes como éstos, ¿qué tiene de malo que yo me pase una hora al día en Facebook haciendo correr a mi pet virtual, Lindo, en carreras de obstáculos o cambiándole la ropa?
A ver.