Por amor a Dios.

Soy atea, siempre lo he sido y al parecer, siempre lo seré, pero una vez, estando en República Dominicana, acompañé a su iglesia evangélica a una  amiga mía, y cuando, en medio de los cantos, me eché a llorar por todas las tristezas y añoranzas que arrastraba en aquel entonces en mi vida, todos los miembros de la iglesia me condujeron al frente, en donde el pastor me puso la mano en la frente, me empujó al piso y me declaró cristiana.

No soy cristiana, ni pertenezo a ninguna otra categoría de las personas que adoran a un Dios.

Pero en Barcelona, en la Catedral, los Domingos, hacían unos breves conciertos en que algún músico acompañaba al fantástico órgano que allí se encuentra. Cada vez que nos íbamos a escuchar al órgano, terminaba llorando, la música se convertía en algo físico  y quedaba uno, irremediablemente,  expuesto a la belleza.

La belleza de las obras de los hombres que han dedicado su fé a Dios, a cualquier Dios, es indiscutible y sus obras se pueden encontrar en todo el mundo. Pero de todas las obras que el hombre ha dedicado a un Dios, quiero compartir con ustedes ,dos, que, a lo largo de mi vida, me han conmovido hasta las lágrimas. Una de ellas es una poesía, anónima,que mi mamá me recitaba, por su espléndida belleza,cuando era niña:

No me mueve mi Dios, para quererte
el cielo que me tienes prometido,
ni me mueve el infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.

Tu me mueves, Señor, muéveme el verte
clavado en una cruz y escarnecido;
muéveme el ver tu cuerpo tan herido;
muévenme tus afrentas y tu muerte,

Muéveme en fin, tu amor, de tal manera
que aunque no hubiera cielo yo te amara
y aunque no hubiera infierno te temiera.

No me tienes que dar por que te quiera,
porque aunque cuanto espero no esperara
lo mismo que te quiero te quisiera.

 

Y la otra es una canción dedicada a Dios: Amazing Grace,que se usó hace poco en una película: http://www.amazinggracemovie.com/ , que fué escrita por  el capitán,  arrepentido, de un barco pirata y que ha sido un himno religioso del reconocimiento de Dios por tantos y tantos años:

http://www.youtube.com/watch?v=lhc7MEYY-Ho

 

Mi versión preferida de este canto a Dios es por Anne Murray, de Canadá, pero ésta fué la que encontré en youtube, la fuente de los videos universal.

Para colofón sólo añadir mi deseo de que, para todos nosotros, la belleza, la paz y el amor, estén presentes en nuestras vidas, tal como estuvo en las vidas de aquellos, amantes de Dios, que un día nos legaron maravillas como éstas.

Y demos a Dios gracias, por las obras que , nosotros, los pobres, pobres humanos, hemos dedicado a él, para un día, ser tan amados como somos capaces de amar, porque

 aunque cuanto espero no esperara
lo mismo que te quiero te quisiera.

 

 

Amor con amor.

img_4173Hace 300 años atrás, cuando yo era negra y trabajaba como esclava en un restaurante cubano en el Barrio Gótico de Barcelona, una noche se me apareció mi Ángel, decía que iba a viajar a Cuba  y que si quería enviar algo con ella.

Mi Ángel tiene el pelo rizado, los ojos de mil colores, es bajita ( es un ángel mujer), de grandes tetas , pocas nalgas y habla castellano y catalán.

Mi Ángel fué a Cuba, por enésima vez, conoció a mi familia y me trajo fotos de ellos y noticias, en ese entonces vivía yo, después de liberarme de los tasajos asesinos, en un apartamento que rentaba un libanés que no se lavaba los dientes y me prohibía usar la calefacción. Entonces venía mi Ángel en compañia de otro ser llamado Pedro y me sacaban de los hielos eternos para comer en cualquier lugar cercano . Así fué cómo mi Ángel y yo nos empezamos a querer.

Desde ese entonces, hace 300 años atrás, el corazón de mi Ángel fué traicionado por muchísimos cubanos que la confundieron con una billetera , ha pasado por miles de dificultades y sufrimientos ocasionados por humanos que no saben, no saben, quién és.

Mi Ángel hoy en día sigue viviendo cerca de Barcelona, anda entre los humanos como cualquier persona normal, porque su destino no es ser reconocida allá donde vive, a pesar de que las autoridades cubanas de inmigración bien que la conocen.

Mí Ángel a veces se deprime, porque envejece y la vida se hace cada vez más dura para los ángeles que se atreven a pasar por humanos y comparten nuestras necesidades y vidas mediocres.

Yo nunca he podido pagarle a mi Ángel lo que ha hecho por mí y nunca podré. Es por eso que és mi Ángel.

Pero sí que, desde hace 300 años atrás, le devuelvo amor con amor, cariño con cariño, querer con querer, porque a fin de cuentas, el Amor, sólo con Amor se paga.

Para Isabel García Martinez, gestora en Barcelona a tiempo parcial  y ángel a tiempo completo.

Te quiero.

En días como hoy.

invasionEn días como hoy, que de tanto trabajar se le cae a uno hasta el pellejo y te sientes forrado de mundo, en exceso, se desea un momento de soledad, de paz, un momento en el que pueda uno reconocerse a sí mismo y se deje de pensar en la mierda de dinero y en las deudas y en los problemas cotidianos.

En días como hoy se daría cualquier cosa por el olvido, por quedarte  dormido, en paz, con el alma aliviada . Pero en días como hoy, está uno tan cansado que ni para eso te alcanzan las fuerzas.

En días como hoy, en los que el mundo , con su  sempiterno ruido humano, te invade los rincones del ser , se vuelve uno a mirar adentro para volver a descubrir por qué vivimos, quienes somos, que cantidad de espacio ocupamos y qué coño hacemos en este planeta.

En días como hoy, que hubo que llamar a compañías de servicio para disminuir los gastos, luché contra el espíritu que me quiere deprimir y no lo logra.

En días como hoy, en los que me he sentido perdida, de tanto dar, se ha de buscar el epílogo, la conclusión, el final del dia, la frase, el pensamiento que cierre esta experiencia de vivir un día más.

En días como hoy, ya al filo de la medianoche,  me rebelo y me declaro libre de mundo, libre de invasiones, me declaro propia, mía, de mi propiedad y entregada por completo al amor que quiero dar, al amor que siempre quise dar, al amor.

En días como hoy, aunque el mundo se empeñe en invadirme, permanezco en pie, incólume, firme.

Entregada a la misma tarea de ser feliz, como siempre y hasta mi muerte, en días como hoy.