A veces sueño.

A veces sueño que soy El Mundo

que cuando tiemblo

soy terremoto

y  mis iras

huracanes son.

Me sueño sucia en las ciudades

limpia en las montañas

me sueño azul    azul

en mis aguas profundas

y cristalina en mis arroyos.

Me derrito

como mis hielos

y me quemo en mi Ecuador.

Me desgajo    

                               rota

cuando  cortan mis bosques

y desaparecen a mis hijos

sin despedidas

sin un adiós.

 

Sin un adiós

se van extinguiendo  en silencio

mientras  esos

                                     mis otros hijos

matan

                se matan

                                      me matan

intentando  crecer.

 

A veces sueño que soy La Tierra

que soy muy bella

                                           y  voy a morir.

 

 

Ahora en la tarde, recibo un comentario de El Guisante Verde y resulta que me han dedicado una hermosísima foto, muy superior al poemita , les ruego que la vean aquí:

http://www.flickr.com/photos/elguisanteverdeproject/3887415223/

Y de paso, échenle una detenida mirada al resto de las fotos, que están preciosas…

 

Operación.

A pesar de que hace tanto

me duele lo mismo

en el sitio de siempre

                                         no me acostumbro

le queda poco de vida

a éste animal

pero cuando se vaya

en una invasión final de dolor y ausencia

cuando lo separen de mí

se llevará también

pegado a su espalda

mi útero

cueva secreta del hijo que no tendré

y mis ovarios

manantial de criaturas

que ya no serán

                                 hijos mios

se llevará

manchada de sangre

una vida que no viviré

una responsabilidad

un sueño

y cuando se vaya

se llevará también éste dolor

que tengo hace tanto

en el sitio de siempre.

 

No me acostumbro.

Perro a solas.

Se le pierde el alma

cuando ve que su ser humano

vuelve a irse otra vez

cerrándolo al mundo

con una  puerta.

No es más que el viejo dolor.

 

Busca el olor que le calma

y se echa

apoyando la cabeza como tantas veces

sobre el zapato

mordisqueando una esquina

comiendo soledad.

 

Café tibio, sin nubes.

Si pudiera protegernos

si pudiera tender una sábana

sobre todas éstas historias.

Me gusta pensar que a mis huesos

no sólo les queda la inercia

la terquedad de salir al mundo

sin sangre visible

y que podría hallar a la vuelta de la cama

tus puertas cantándole a mi sexo emigrante.

Me gusta ofrecerte la calma de mi espalda

pensar no vendrá la muerte

                                                        de tos seca

a quebrar mi salud

de no estar abonada a la tristeza.

Si el querer decir creciera hasta el yo digo

y olvidara el oficio de derrumbarse….

Estoy cansada

de custodiar al último corazón.

Cuando termine de escribir

me sentaré

a beber un café tibio

                                    sin nubes.

Este poemita lo rescaté, con algunas variaciones, del baúl de los recuerdos, inspirada por el blog sobre la presencia de el café en la literatura cubana, de Ade (Mi Librería).

En la seca.

Llegaste en el tiempo de cenizas

en la seca de flores y partos

y no te quise.

 

Llegaste cuando al mundo se le moría

la última alegría

alma de  perro viejo

que ve partir a su dueña

para siempre jamás

y no te quise.

 

Llegaste cuando no quedaban destellos

ni risas ni alientos

ni forma de respirar

ni ganas de hacerlo

y no te quise.

 

Anda,

que se hace tarde

y te espera la oscuridad.

Podías haber sido.

Hace muchos años atrás, cuando aún me dolía, escribí este poemita al que pudo ser, pero no fué, mi padre.

 

Podías haber sido una orquesta genial

tocando puertas tristes        desahuciadas.

Podías haber sido un borracho

tímido        nocturnal

                                 con pocas virtudes.

Podías haber sido un libro viejo

animal cómodo para abandonar los ojos

y descansar de la alegría.

Podías haber sido una huella

un fósil en la arena

                                    una sombra.

Podías haber sido

                               por ejemplo

mi padre

y yo te hubiera querido.

Qué frase me reconstruye.

Las heridas que tú causas

gozan de buena salud.

Roque Dalton.

En qué papel inviolado

puedo arrojar mis labios torcidos

la extraña seguridad de no culpa

de gran verdad.

Dónde las cenizas de mis muros

cortezas que abandoné para entregarme.

 

Con qué verbo le cierro la puerta

al deseo de correr

                                       jinete sobre la lengua

por tus dientes desamparados.

 

Qué frase me reconstruye

si falto

porque soy la más tímida de tus camisas.

 

Con qué párrafo asesino mi amor.

 

Cómo escribo los eternos

                                              adjetivos dolorosos

pobres inválidos del idioma.

 

Así no pretendas un buen poema

que ésta muerte es joven

y no le gusta gritar.

 

 

Ora Pro Nobis

Ave María

ora por nosotros

los pecadores

los que nunca hemos creído en tí

los solitarios

los maltratados

los felices

de triste corazón.

 

Ora por nosotros

los que alguna vez pensamos

que justicia

no era sólo un sonido evocador.

 

Ora por nosotros, María

los que creemos en tí

los débiles

los explotados

los que llevamos la peor parte

en la santa distribución

y ora también

por los ricos

aquellos que no han olvidado

que repartir es una virtud

más que celestial

humana.

 

María

de paso

ora también

aunque sólo un poquito

por los mafiosos

los políticos

los mentirosos

los ladrones

los asesinos

y los miserables cabrones

que día a día

se cagan en tí.

 

Ave María

ora por nosotros

los humanos.

Sin título.

Hay una canción de Joan Manuel Serrat, un ídolo de mi juventud, que dice:

«Hoy las musas han pasao de mí, andarán de vacaciones…»

No creo que mis musas anden de vacaciones, ¿con qué dinero se iban a ir y adónde?

Las mías, mis pobres musas, deben de estar locas porque no pueden pagar completo el mes de alquiler de la nube en que viven o halándose los pelos a ver cómo responden a mis demandas de ayuda silenciosa para que me den una pequeña inspiración, una pequenísima señal de que algo bueno saldrá de mis dedos esta noche.

Y aunque mis dedos están listos y la mente ansiosa, nada sale, sólo fragmentos inconexos de los viajes que hice hoy, recuerdos aislados de los cielos de Cuba, de los cielos de ésta ciudad que he aprendido a amar, pensamientos que vienen y escapan a toda prisa, sin darme tiempo a crear.

Así que, a falta de inspiración presente, recurramos al pasado, acá les paso una poemita que escribí hace mil años atrás:

Hace tanto que rondo las mismas calles

y no escribo.

Entre el universo de papeles

que fueron certificándome

debe encontrarse el poema que intento

el último sentido que quise contar

por no colaborar con el silencio

por no añadirle fugas al día.

Entre tanto derrumbe

debe estar agazapado

incólume

el minuto      la acción       el defecto

el voraz anhelo de aletear

y sentirse mutilado.

En alguna esquina tienen que estar

el poema que perdí

mis manos

la vida.

 Y éste video de Serrat lo pongo, aunque no sé si venga al caso, porque me gusta y para que lo disfruten:

Ya no te escribo poesías.

IMG_2921

 

Es cierto que ya no escribo poesías

hace años  se me enredó el tiempo

en las pequeñas ramas de a diario

y allí     al viento        desamparadas

quedaron las palabras que pude decir.

 

Es cierto que ya no escribo poesías

es por eso que ya no te dedico 

la frase perfecta  

la metáfora inédita

la ensoñación

salida de mis entrañas

sólo para tí.

 

Ya no escribo poesías.

 

Pero mi prosa te ama arrebatada

loca            escandalosa

a veces discreta y elegante

como un amor señorial

profunda

sin puntuaciones

poética.